Bajo este título, acabo de impartir un taller transformador. Esas han sido las palabras de alguna de sus asistentes, que me ha llenado de satisfacción.
Parece que nos cuesta trabajo creer en la capacidad transformadora y creativa del individuo, que en cada momento de su vida. “Tallados en cada paso, en cada esquina”, escribí hace tiempo en un poema, curiosamente dedicado a los “Cuerpos de arte” que somos cada uno de nosotros. Cuerpos creados cada día, vidas sembradas de semillas que vamos depositando en cada uno de nuestros pasos y actos.
Este esfuerzo en reconocer el mérito de cada uno de nosotros en la creación de nuestra propia vida tiene un tinte profundamente emocional. Se trata de un reencuentro con uno mismo. Con la capacidad que todos y cada uno de nosotros tenemos de transformarnos, de crearnos y de innovarnos. Y como todo lo que está dentro, está afuera, inevitablemente, nuestros pasos irán nutriendo novedades alrededor de nuestras vidas.
Es éste el gran poder de la comunicación emocional, ser capaz de comunicar con uno mismo para reconocer nuestra capacidad transformadora diaria, nuestra identidad única e inigualable.
Carmen Sebastián
